No tengas miedo de decir NO
Durante mucho tiempo, dije que sí a todo.
Sí, yo te ayudo.
Sí, puedes contar conmigo.
Sí, no hay problema.
Pero aprendí —a veces con dolor— que estar disponible para todos, todo el tiempo, no te hace más buena persona, te hace más vulnerable al desgaste, al abuso y a la pérdida de tu esencia.
Decir “no” no te hace mala persona
Al contrario. Decir “no” es un acto de amor propio.
Es poner un límite, es protegerte, es recordarte que tus necesidades también importan.
Hay personas que se toman muy en serio el pedirte favores… pero no se toman igual de en serio cómo te sientes tú. Y si nunca dices “no”, te aseguro que llegará el momento en que no te tomen en serio. Pensarán que pueden pedirte todo, que siempre estarás ahí, incluso cuando estás rota o cansada.
Y lo peor es que sí, puedes estar físicamente presente, pero emocionalmente vacía.
Decir “no” es fácil… cuando entiendes su poder
No quiero.
No puedo.
No me nace.
No.
Y la explicación es simple: No, porque no. Y punto aparte.
No tienes que justificar tu decisión. No estás obligada a complacer a todos. No viniste al mundo a satisfacer las expectativas ajenas.
Cuando empieces a decir “no”, prepárate: habrá quienes se molesten, se alejen o te llamen creída.
Está bien.
Estás eliminando lo que sobra para quedarte con lo que realmente vale: tú misma.
El “no” que más me costó: dejar de prestar dinero
Una de las decisiones más difíciles y liberadoras que tomé fue esta:
Dejé de prestar dinero.
Lo hice varias veces, con diferentes personas, y ¿sabes qué pasó?
La mayoría no volvió.
No pagaron.
Me dieron excusas.
Y lo peor: me hicieron sentir mal a mí, como si reclamar lo que me pertenece fuera un acto de egoísmo.
¿Sabes qué? No fue un regalo. Fue un préstamo.
Y aprendí que al prestar dinero, no sólo pierdes plata… puedes perder amistades, incluso de años.
Pero también entendí algo más profundo:
La gente que de verdad quiere estar contigo, la que te valora, no necesita tu dinero, necesita tu tiempo, tu amor, tu cariño y tu lealtad.
Y eso —cuando es recíproco— no tiene precio.
Cierra puertas, abre otras mejores
Hoy te invito a practicar el poder del “no”.
No desde el enojo, sino desde el respeto a ti misma.
Desde el amor propio.
Porque cuando aprendes a decir “no” sin miedo, empiezas a vivir con más paz, más energía, más verdad.
Y lo más hermoso de todo es que quienes realmente te aman, te querrán incluso cuando digas que no.
¿Te cuesta decir que no?
Este mensaje es para ti.
Decir NO también es amor propio, también es respeto, también es libertad.
Comparte esta reflexión con alguien que necesita aprender a poner límites y empieza tú también a practicarlo sin culpa.
Porque proteger tu paz no es egoísmo, es NECESARIO.
¿Cuál fue el “no” más liberador que diste en tu vida?
Te leo en los comentarios.
#AmorPropio #DecirNoTambiénEsAmor #LímitesSanadores #PonerLímites #NoEsCompleto
#CrecimientoPersonal #ReflexiónDiaria #NoSinCulpa #AutocuidadoEmocional #RelacionesSanas
#AprenderADecirNo #BlogDeVida #ContenidoConAlma
En varias ocasiones durante mi vida algunas mujeres se me insinuaba y cuando veían que no aceptaría, comenzaban a cuestionar mi virilidad. Pero ni así conseguian cambiar el NO que les habías dado. No era fácil hacer éso en una sociedad machista como la nuestra; pero aprendí de mi abuela que: "La carne no está en el garabato por falta de gato"
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, realmente muchas personas no entenderán nuestros No. Sólo nosotros sabemos si significado ya que es una decisión desde nuestra firme decisión para quitarnos la posibilidad de tener lo que no necesitamos. te mando un fuerte abrazo y bendiciones.
EliminarGracias a Dios puedo decir con toda certerza que no sufro de ese problema, desde hace mucho tiempo he aprendido a decir que no cuando es necesario sin sentirme mortificada, pero conozco personas que quiero mucho y que no saben decir que no, y por más que he intentado decirles que deben aprender a hacerlo no lo logran, cuando ya la costumbre está arraigada es difícil muchas veces cambiar las cosas.
ResponderEliminar