Ojalá pudieras verte como yo te veo

 


A veces me pregunto cuántas personas caminan por la vida sin darse cuenta de lo que realmente son. Viven con una fuerza dormida, con un potencial inmenso esperando ser despertado, sin saber todo lo que podrían lograr si tan solo creyeran en sí mismas.

Conozco a alguien así. Un joven que amo profundamente. Una persona que con solo estar, ya transforma. Es alegre, simpático, sensible, carismático. Ante los demás puede parecer extrovertido, pero por dentro guarda una profunda timidez que le impide abrirse del todo. Le cuesta expresar sus pensamientos, decir lo que siente, y sin embargo, en su silencio se esconden ideas brillantes, una mente poderosa y un corazón que sueña con más.

Desde pequeño le he repetido que puede lograr lo que quiera. Que tiene lo necesario para ser grande. Aunque la vida no siempre haya sido amable con él, aunque el camino haya estado lleno de retos, nunca he dejado de decirle que puede. Que nació para más. Que su valor no depende de nada externo. Porque lo que lleva dentro es único, y solo necesita atreverse a descubrirlo.

Él es importante. Todos los días de su vida. Importante para su familia, para los que lo amamos, para todo lo que puede llegar a ser. Su voz tiene valor. Sus ideas merecen ser escuchadas. Y sus sueños, aunque aún no los concrete, ya dicen mucho de quién es.

Tiene un talento natural para la tecnología. Le apasiona, le fluye. Es curioso, analítico, excelente en matemáticas. Siempre está inventando, creando cosas, buscando soluciones, imaginando nuevas formas de hacer las cosas. Tiene una chispa especial, esa que solo tienen los que ven el mundo no como es, sino como podría ser. Pero muchas veces se queda en el “quiero hacer algo” y no lo lleva a cabo. Sus ideas se acumulan, esperando a que se decida. No es por falta de talento, sino por miedo, por duda, por no saber por dónde empezar. Y eso es lo que más me duele: verlo tan cerca de todo lo que puede lograr, pero detenido por sus propias inseguridades.

Hace poco me dijo que quiere estudiar, pero no se atreve. La modalidad online le parece complicada, le genera incertidumbre. Lo entiendo. No siempre es fácil aprender en un entorno virtual. Pero si es la herramienta que ahora tiene a su alcance, ¿por qué no usarla? A veces la vida no da todas las condiciones perfectas para comenzar, pero lo importante es hacerlo. Empezar con lo que hay, con lo que se tiene, donde uno está. Lo demás se acomoda en el camino.

También sé que cuando los jóvenes empiezan a ganar dinero, es fácil dejar de soñar. La zona de confort es cómoda, segura. Pero también puede ser una cárcel si uno no se atreve a salir de ella. No hay que elegir entre ganar dinero y seguir los sueños. Se puede hacer ambas cosas. Solo que requiere esfuerzo, disciplina y, sobre todo, fe. Fe en uno mismo. Fe en que el esfuerzo vale. Porque crecer duele, pero quedarse estancado duele más.

Ojalá pudiera prestarle mis ojos, solo un instante, para que viera lo que yo veo cuando lo miro. Para que entendiera que todo lo que sueña está ahí, esperándolo. Que no necesita ser perfecto para empezar. Que equivocarse también es avanzar. Que él puede. Que no está solo. Que mientras él duda, yo creo por los dos. Hasta que un día, por fin, se mire al espejo y descubra lo que siempre ha sido.

Porque él no está aquí solo para sobrevivir. Está aquí para brillar. Para inspirar. Para dejar huella. Y nunca es tarde para empezar a hacerlo.

Tal vez tú también conoces a alguien así… o tal vez eres tú.

Una vida con propósito comienza cuando dejamos de dudar de nuestro valor.

........

Te invito a compartir este mensaje con quien necesite un recordatorio de su luz. Y si sentiste que este texto te habló al corazón, cuéntame: ¿qué parte tocó tu alma?

#DespiertaTuEsencia #SomosLuz #CreeEnTuCamino #VocesQueInspiran #HistoriasQueSanen

Comentarios

  1. Que lindo escrito, muchas personas no tienen fé en si mismos pero si hay alguien apoyándolo pueden darse cuenta que todo lo pueden.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares